SER HUMANO ES SENTIMIENTO

Como una mirada, de corazón a corazón, no entiende de idiomas, de raza, de sexo, de religión..

¿Quién puede entonces juzgar, hacernos sentir lo que está bién, lo que está mal?

¿Quién habrá de autorizarnos a quién debemos amar, tocar, oler, saborear?

El corazón no pide permiso y latido tras latido, siente y siente sin pensar,

en cambio mientras las mentes, retorcidas, dictadoras

hacen justo lo "correcto", sin sentido y sin sentir, sólo juzgar y juzgar.

Juzgar cual es el correcto, camino que nuestra alma, nuestro humano sentimiento, tiene que tomar.

Pero quién sabe descifrar con la verdad absoluta, discernir el bién del mal, lo correcto a lo debido,lo indicado a lo anormal, lo natural a su opuesto, el camino más honesto que nuestro mar de sentimientos, a veces, contracorriente, en contra del "protocolo", nos hace tomar.

Quién tiene en sus manos el poder de tanto juicio, que hace que el ser humano, tenga que deliberar,

 y debatirse por dentro, luchando con su mitad,  para tener que elegir obligado entre su cuerpo y su alma, si ninguna de las dos le sobra, pues la una sin la otra, no son capaces en esta travesía, de poder caminar.

Nacemos con nuestro diario de a bordo por anotar... y somos nosotros mismos, quienes con nuestros impulsos, nuestros más hondos instintos, nuestros aciertos, fracasos., debemos anotar, en las tempestades de nuestros momentos, lo que queremos o no apuntar, escribir renglones rectos, o torcidos, que más da.

Si el fin de todo esto sea el de no hacer mal, que mas da con quién rememos, en calma y en tempestad, el caso es hacer felices, a quién a nuestro lado va.