domingo, 12 de junio de 2011

BATALLA INTERIOR....

En un momento vivido del tiempo que va restando minutos de mi existencia, hoy es de esos en los que las luchas de mi mente sucumbe a la fuerza de la vida, un trozo de mi vivir, en el que los demonios que amenazan mis frágiles y malheridos pensamientos, han conseguido a lo largo del día casi arrinconar mi pensamiento, a pesar de mi lucha por intentar doblegarlos a mi voluntad.....y cuando al final de la jornada, mi cuerpo se siente derrotado por la batalla, una inyección de moral infantil, me devuelve a la lucha cotidiana, a coger de nuevo mi escudo y mi lanza, a ponerme de nuevo mi armadura, y hacer salir mi mente a luchar con sus demonios, sus miedos, y todos sus otros adversarios....y esa inyección de moral, ese empujón de energía, es el de dos princesas que habitan el castillo interior del templo de mi cuerpo....mis dos damitas, que con sus mimos y sus ánimos, hacen que mis neuronas vuelvan a recordar, que la batalla más importante, la lucha más dramática.....ya está ganada, porque tiene el combustible que necesito para ello, el mayor de mis logros: el cariño de mis dos princesas, incondicional y gratuito, que me recuerdan que lo más importante, está dentro de mi, y no de todo aquello externo, que en mi batalla, equivocado, creo me puede hacer daño.
Para mis dos inyectores de combustible, que hacen que todo lo demás, comparándose con lo que ellas son en mi diario, sean fantasmas de humo que se desvanece con el soplido más frágil. Como os quiero, mis damitas y cuánto necesito ese cariño para ser consciente día a día, que todo lo que me preocupa es banal frente al lazo de nuestros ombligos.

1 comentario:

  1. Muy bonita sin duda, esa dedicatoria a tus dos damitas, que enorme cofre lleno de alegrías son los niños, yo también los adoro, su ternura, su oferta inagotable de gracias y ternura, nos sirven a los adultos para dulcificarnos, para hacernos más humanos, para hacernos olvidar los continuos problemas de la vida. Ellos, los niños, nos dan algo que hace salir ese cariño que, sin duda todos llevamos dentro y estamos deseosos de sacar.
    Enhorabuena Miguel Angel

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